Los de fensores de la globalización pronostican un mundo uniforme marcado por la homogeneidad del capitalismo y sus dinámicas, del cual no será posible escapar en ningún rincón de la tierra. Tal destino universal se complementa con la idea de que el
capitalismo y su modelo de desarrollo representan los máximos niveles de organización política y económica a los que pueden aspirar las sociedades humanas.
Este punto de vista simplista, que supone que la globalización capitalista es el clímax de la evolución y, por tanto, el fin de la historia (solo detenido en forma temporal por la fuerza del mundo musulmán), no deja lugar para formas diferentes de organización humana, dentro de las cuales las sociedades de cazadores y recolectores han sido vistas como el punto de partida; esto es, como la huella primitiva de la especie.