El lector tiene en sus manos una obra atípica en el universo de la literatura jurídico-política en castellano. Se trata de un largo viaje conceptual que, con Gauguin, llega hasta Tahití, pasando por la Roma de
Berlioz, la Viena de Grillparzer (con todo y valses) y la España de Gaya. Quien esto lea caminará con Bakunin por Ginebra y conocerá algo de la India de Gandhi y de la Nueva Inglaterra de Thoreau, reposando brevemente de tanta fatiga en el falansterio de Fourier, para de ahí salir a visitar a Proudhon en París. Regresará finalmente a América, tiempo para ser testigo del gran giro de 1968 en Estados Unidos.
A lo largo de esta obra corre una línea central de reflexión y propuestas sobre el valor moral, jurídico y político de la disidencia y la insurrección ante las desigualdades sociales y los sistemas de dominación y control, que pueden ser modificados o contrarrestados por la rebeldía y la propuesta utópica, que no es el sinónimo de ensoñación estéril. Todo ello, y más, "en este discurso está cifrado".
