Amable lector: frente a ti no tienes un manual, mucho menos un tratado de historia del derecho mexicano, es simplemente un guión de clase, un apunte que he dado a la imprenta con el propósito de proporcionar a los alumnos de los diversos cursos de dicha materia un instrumento de apoyo didáctico; sin embargo, atendiendo la sugerencia de mi distinguido amigo don José Antonio Pérez Porrúa, de imborrable memoria, a quien ahora rindo homenaje, no le quise poner el título de "lecciones", "apuntamientos" o "notas", sino simplemente Historia del derecho mexicano, para facilitar su manejo.
Mi agradecimiento a todos mis alumnos, a esa "recomendable juventud que sigue la carrera del foro", como dijera Mariano Galván Rivera en su inmortal obra Sala mexicano (México, 1845), pues por ellos y para ellos he redactado estas modestas páginas; ojalá les sean de utilidad, les resulten amenas y les animen a interiorizarse en los antecedentes de nuestro sistema jurídico.
La primera versión de este trabajo la realicé para la obra colectiva El derecho en México, una visión de conjunto (México, UNAM, 1990, 3 vols.), que impulsó y coordinó mi amigo Jorge Madrazo. La segunda fue un libro de bolsillo editado por el Fondo de Cultura Económica dentro de una serie de libros pequeños que muestran las instituciones jurídicas mexicanas de manera concisa y accesible al gran público, espléndida idea de su exdirector, don Miguel de la Madrid Hurtado, que en paz descanse. A partir de la tercera edición, corregida y aumentada, la he venido presentando como libro de texto, fundamentalmente para alumnos de derecho, en la prestigiada Editorial Porrúa, a la que agradezco su aceptación, lo mismo que a su apreciable presidente, mi distinguido amigo don José Antonio Pérez Porrúa, Jr.
Hasta la fecha se han impreso quince ediciones, más tres reimpresiones de este modesto libro, por ello en esta decimosexta edición he decido revisarla completamente y en ocasión reescribir algunos capítulos, actualizar la bibliografía, de tal forma que pueda servir mejor a su finalidad.
Finalmente, a mis colegas profesores de la asignatura, mi agradecimiento por la aceptación de este modesto texto; ojalá que en nuestro país sigamos contando con nuevos manuales y tratados de historia del derecho mexicano, pues nuestra disciplina bien se lo merece.
José Luis Soberanes Fernández Coyoacán, primavera de 2016