La relación entre justicia y redes sociales se ha constituido en uno de los ejes centrales de las prácticas sociales y culturales contemporóneas. Las relaciones de poder y la producción de verdad están estrechamente vinculadas a los objetos técnicos y a los algoritmos que se generan en internet. Lo anterior hace evidente la necesidad de un análisis critico que vaya más allá de la producción de leyes, normas y reglas en el uso y consumo de lo que se genera en las redes sociales, y al mismo tiempo demando la comprensión de lo que estas significan en el conjunto de lo vida: de los estilos de vida personal, hasta el vínculo que se establece con los otros y los instituciones.
Las redes sociales son un terreno de linchamientos o de veneraciones, ahí mismo se puede denunciar como machistas, sexistas y violentos o autores como Homero y Shakespeare, incluso pedir su exclusión como libros académicos y educativos. Y, simultáneamente, las redes sociales son un espacio que permite actos de solidaridad, enfrentar catástrofes naturales o gobiernos autoritarios.
