La realidad en la que se vive hoy en el mundo, tomando en consideración las crisis tan agudas que se reflejan en el orden económico, están provocando la inestabilidad financiera no solo en países en lo individual, sino en el mundo globalizado, produciendo exageradas libertades en el mercado más allá de lo que pudieran permitirse, generando en consecuencia, una situación de alto riesgo en todo el orbe y que repercute en lo social, en lo político y en lo cultural. Siendo esto así, se demanda pasar a un escenario donde exista mayor igualdad, libertad, justicia y convivencia, cuestiones todas ellas necesarias para edificar el saber vivir en comunidad. Por ello se precisa de una reforma del estado que modifique las actuales formas de poder institucional. La democracia tiene que ver como respuesta fundamental para superar las condiciones que privan, por lo cual es necesario atraer las libertades en la actividad política y como parte esencial de la vida social, significando hacer vida ciudadana en la que se respete la ley y se fortalezca el estado de derecho.