Desde la antigüedad se tiene conocimiento de la violencia en contra de niñas, niños y adolescentes, que a través de los siglos ha adquirido diversos matices, tales como la violencia física, psicológica, social y sexual.
Actualmente se reconoce que la violencia sexual vulnera los derechos humanos y fundamentales de niñas, niños y adolescentes; pareciera que quien los agrede olvida el lado humano de estas personas.
Es un fenómeno que afecta de manera global a todos los países del mundo, aun cuando sus derechos y reconocidos ha sido insuficiente para evitar prácticas como la prostitución y pornografía infantil, el turismo y explotación sexual comercial.
En la investigación realizada por veinte años de arduo trabajo con niñas y niños, víctimas de delitos sexuales, se detectó su necesidad de expresar el sufrimiento que vivieron durante la agresión.
La autora tuvo la empatía y sensibilidad para profundizar en el análisis de la problemática identificada y brindar con ello un tratamiento que disminuyera el impacto de la victimización y además, despertar el interés social y disciplinario para aportar una visión humanista que impacte en la atención integral de protección y prevención de estos seres humanos.
Por tal razón, este trabajo busca destacar que:
"Ninguna forma de violencia contra los niños, niñas y adolescentes es justificable y todo tipo de violencia se puede prevenir".