Las normas de Derecho Penal han sido tradicionalmente creadas por y para adultos. Esto provoca que las niñas y niños hayan sido sistemáticamente olvidados o, en el mejor de los casos, desatendidos cuando tienen la desventura de participar en un proceso penal, ya sea en calidad de víctimas o testigos.
Este libro analiza, en primer término, el marco del Derecho Internacional en relación con el acceso de los niños a la justicia, donde el Estado debe resguardar sus derechos, garantizando su igualdad ante la ley, en tanto que son seres desiguales. Pero la propuesta va más allá: hay que proteger el principio del interés superior del niño.
La obra ofrece, asimismo, un análisis del alcance de las obligaciones del Estado para con las niñas y los niños y los examina como sujetos de Derecho y no como objeto de asistencia social. Finalmente, repasa en detalle los principios especializados correspondientes a la infancia en el ámbito de la justicia y de las etapas del procedimiento acusatorio y propone los ajustes necesarios para garantizar los derechos particulares del niño.