El libro es fascinante porque revela el itinerario de un honesto caminante intelectual que piensa primero que, con esfuerzo y adecuada orientación, le va a ser posible llegar a la Tierra Prometida de la verdad del Derecho; y luego, poco a poco, va descubriendo que hay muchas Tierras Prometidas, que hay muchas verdades y que no es posible definir nada sinsituarlo dentro de dimensiones que no son las mismas para todos los espacios jurídicos intelectuales.
Es desde esta perspectiva que BULLARD recorre el Código Civil haciendo un inventario de las grietas en las paredes y señalando la presencia de columnas que ya no pueden sostener el peso de los pisos superiores y de escaleras cuyos peldaños no soportan el paso de nuevos tránsitos. Pero, además, con espíritu constructivo, propone otras bases para la relación jurídico-patrimonial que considera más sólidas: en vez de hablar de un sistema bipolar de relaciones personales y reales propone que se organice el Derecho Civil bajo la forma de un sistema multipolar de oportunidades de derechos, en el que la cognoscibilidad tendría un papel definitorio.
Sin embargo, BULLARD no ha querido limitarse al campo del Derecho Civil. Plenamente consciente de que éste es una rama central del sistema jurídico contemporáneo, ha colocado sus interrogaciones en el interior de un marco teórico más amplio: el modelo de Derecho Occidental Moderno. De esta forma, la relación jurídico-patrimonial adquiere una dimensión más amplia como piedra angular de un modelo de Derecho que BULLARD reconoce como sólo uno de los posibles, devolviendo toda su historicidad al sistema.