¿Es posible disminuir la dureza de las penas -el malum passionis?
La experiencia de las democracias punitivistas de nuestro tiempo apunta a una respuesta negativa. Los medios presentan al delincuente como un sujeto despreciable y su grave castigo como la única forma de dar satisfacción a la víctima y a la sociedad. Las circunstancias del delito y los males sufridos por el delincuente se ignoran. Se alimenta el resentimiento, que daña a la propia víctima y a la comunidad.
Entre tanto, las penas son muchas veces excesivas. Este libro del Prof. Silva Sánchez -partiendo del marco de la democracia constitucional- ofrece argumentos doctrinales para rebajar las penas o incluso prescindir de su ejecución. En un Estado social, la reafirmación del Derecho frente al delito -la misión esencial del Derecho penal- no puede cerrar la puerta a la reconciliación interpersonal.
El perdón debe seguir siendo posible.