La conciliación de la vida familiar y laboral y el reparto corresponsable de las tareas de cuidado, constituyen elementos esenciales para el bienestar de las personas y de sus familias.
Todas ellas condicionan de forma indudable determinadas decisiones vitales con gran incidencia en el ámbito social (tener hijos, cuidar a personas mayores y dependientes en el hogar
), mejoran el clima laboral lo que a su vez incrementa la productividad de las empresas y administraciones, y favorecen la igualdad en el acceso y permanencia en el empleo de las mujeres.
Las políticas de conciliación familia-trabajo han girado tradicionalmente en torno a las necesidades de las mujeres que se incorporan al mundo laboral, para permitir el cuidado y la educación de los hijos.
La evolución social y familiar experimentada en las últimas décadas deja, sin embargo, un panorama más complejo, en el que las demandas de conciliación son más diversas, y acompañan a todo el ciclo de vida de la población trabajadora.
Familias monoparentales y reconstituidas, atención a mayores y dependientes, migrantes, discapacidad, núcleos familiares dispersos
son sólo algunas de las situaciones que reclaman medidas que no sean las estandarizadas y legalmente contempladas y que, en el mejor de los casos, únicamente cubren las necesidades de las familias estructuradas con hijos en etapa de crianza.
Esta monografía explora, desde una perspectiva interdisciplinar, las políticas de conciliación que precisa la sociedad del siglo XXI, aportando así una reflexión crítica al debate social y político que gira en torno a esta cuestión.