A lo largo de las últimas décadas, la retórica ha recuperado el prestigio que había ido perdiendo a lo largo de los siglos. La razón es evidente: hoy, el talento para comunicar y convencer a través del lenguaje se considera una habilidad extremadamente valiosa. Este resurgimiento de la disciplina retórica ha ido acompañado de su necesaria actualización para adaptar los distintos tipos de discurso a diferentes auditorios y campos del saber.
Rupturista con la tradición del racionalismo filosófico, Tratado de la argumentación va más allá de las concepciones aristotélicas y establece las pautas retóricas modernas a através del análisis de textos jurídicos, publicitarios, políticos y filosóficos. Sin duda, una obra de referencia y un pilar fundamental sobre el que se desarrolla la nueva retórica.
«Se trata de uno de los grandes clásicos del pensamiento contemporáneo, una de esas raras obras que, como las de Aristóteles y Cicerón, Quintiliano y Vico, perdurará a través de los siglos». Michel Meyer
Hoy la retórica tiene el mismo rango que la sociología o las ciencias de la comunicación y la información. Chaïm Perelman es, en parte, responsable de esta actualidad. Su Tratado de la argumentación se vincula con los intereses renacentistas y, a través de ellos, con los de los autores clásicos que estudiaron el arte de convencer y las técnicas de la discusión. Sin embargo, va más allá de la retórica tradicional y, con la colaboración de Lucie Olbrechts-Tyteca, rastrea textos impresos (de publicistas, políticos, abogados, jueces, filósofos), estudiando los medios discursivos que sirven para obtener la adhesión.