El autor lleva a cabo una aproximación a la evolución del liberalismo mediante una mirada histórica que permite comprender mejor el papel que debe de desempeñar la idea liberal en la reconfiguración del nuevo orden mundial, en particular, en su vertiente política, jurídica y social.
El mundo está cambiando. Lamentablemente, no para bien. Se está reconfigurando un nuevo orden mundial. Y las piezas que lo componen (los Estados) están también cuestionando, a veces mudando, su arquitectura política y jurídica local su statu quo.
Los motivos son varios; las consecuencias enormes. Ambos son explorados en esta obra. Pero su objetivo principal es defender una idea. Una idea sencilla, pero poderosa además de importante por coyunturalmente relevante: que la reconfiguración en ciernes no olvide las lecciones que la historia enseña, vistas a través del prisma del Liberalismo.
La idea liberal está viva. Sus expresiones varían, como también su nomenclatura y comprensión. Algunos la toman como estandarte político, ya sea a favor o en contra. Y al hacerlo, se observan aseveraciones que muestran incomprensión con lo que es (y no es) el Liberalismo.
Corregir esto es una necesidad: el Liberalismo tiene un papel que jugar en la reconfiguración que estamos viviendo. Si no aprendemos del acervo de conocimiento que la historia de la idea liberal contiene, veremos que el nuevo mundo que estamos en vías de confeccionar será no solo distinto a lo que debe ser, sino inferior al que nos precedió.