Nuestro punto de partida fundamental es que la firmeza frente al delito no puede explicarse al margen de los grandes cambios que experimentan nuestras sociedades contemporáneas, entendidas por ejemplo siguiendo a Beck . Los mismos por un lado remueven formas tradicionales de seguridad y por otro generan inseguridad de modo más directo; pero las fuentes de comunidad no desaparecen completamente en la modernidad reflexiva sino que se adaptan o encuentran sustitutos. Estas transformaciones conllevan una gran carga de ambivalencia, de modo que tanto la política criminal como las actitudes individuales son tan ambivalentes como firmes frente al delito. La lectura pesimista del discurso mayoritario es a menudo exagerada.
La tesis de los sentimientos de inseguridad, originariamente propuesta por Helmut Kury, en una versión extendida, ha sido utilizada para abordar la firmeza a nivel individual. Esta argumentación también puede entenderse como una respuesta a la tesis garantista que domina la literatura española. La explicación en sentido estricto, que parte del Durkheim tardío, es que los individuos que se sienten inseguros tienden a estar paralizados y precisan fuentes de seguridad que les faciliten la acción, a cuyo fi n recurren a comunidades. Se destaca por lo tanto el aspecto dinamogénico de fuerzas sociales con capacidad para contrarrestar sentimientos de inseguridad. Un conjunto de hipótesis derivadas de esta tesis son testadas mediante herramientas estadísticas sofisticadas.
