En la mayoria de las democracias constitucionales, los jueces han asumido un inportante papel comogarantes de los derechos individuales reconocidos en la Constitución. En nombre de la Constitución como norma suprema, los jueces pueden llegar a inaplicar o inavilidar las leyes aprobadas por las asambleas elegidas por el pueblo. ¿Qué razones pueden darse para justificar esta investigación judicial? Esta pregunta ha sido objeto de apacionados debates en los Estados Unidos a lo largo de su historia y sigue siendo motivo de controvercia en la actualidad, tanto en el plano político como en el académico. En esta obra, el profesor Lawrence Sager ofrece una interesante teoría para dar una respuesta adecuada a la cuestión. Frente a quienes sostienen que los jueces deberían limitarse a seguir las instrucciones que el porder constituyente haya expresado de manera clara y especifica, Sarger da buenas razones para justificar que los jueces tengan atribuido un espacio de actuación más amplio. El proceso judicial está diseñado de tal manera que los tribunales se encuentran en buena posición para interpretar y salvaguardar los principios abstractos de moralidad política incorporados en el texto constitucional. frente a quienes, por su parte, consideran que los jueces, al controlar las leyes, deberían proteger únicamente las condiciones que hacen posible el gobierno democrático, Sarger entiende que también los valores sustantivos externos al proceso democrático deben ser objeto de protección. Y frente a quienes estiman que el control de constitucionalidad de las leyes supone una quiebra del principio democrático, Sarger da interesantes razones para sostener que, por el contrario, la existencia de talcontrol supone un enrequesimiento de la democracia: el proceso judicial satisface la pretensión de igualdad deliberativa. La aspiración más inmediata del autor es ofrecer una interpretación atractiva de la práctica constitucional de un determinado país: los Estados Unidos. Pero las tesis y argumentos que desarrolla tienen un alcance más univesal. Este denso y profundo libro es una de las aportaciones más importantes de las últimos tiempos al debate siempre abierto acerca de las posibilidades y límites de la justicia constitucional.
Lawrence Serger es actualmente decano de la Facultad de Derecho de la University of Texas at Austin, donde imparte docencia como profesor de Derecho Constitucional. Con anterioridad, ha sido profesor en la New York University (1972-2002) y en la University Of California at los Angeles (1966-1971). Sus numerosas publicaciones han versadosobre diversos temas jurídicos. Hay que destacar sus contribuciones a la teoría de la justicia constitucional, desde la publicación en 1978 de su artículo <>, que se a convertido en un clásico. En los últimos años, junto al profesor Christopher Eisgruber, ha prestado especial atención a la libertad religiosa, a través de una serie de artículos que han culminado finalmente en un libro, del que son coautores: Religiosos Freedom and the constitution (Harvard University Press, 2007).