El tema de los recursos humanos y la infraestructura disponible del Poder Judicial se vincula directamente con el acceso a niveles mínimos de funcionalidad y eficacia, por sobre todas las cosas, respecto de la aspiración común de "dar respuesta jurídica a las legítimas demandas sociales". Funcionalidad y eficacia que suponen no sólo la consolidación de la independencia que debe primar en el ejercicio de la jurisdicción, sino también en la calidad del servicio.
La formación, entrenamiento y capacitación permanente de los "Hombres de la Justicia" nos aproxima al objetivo anterior (de eso se trata)
Ante los interrogantes que apuntan a qué es lo que entendemos por justicia o quiénes son los encargados de hacerla efectiva en la sociedad contemporánea, no podemos sino dirigir nuestra atención hacia los mandatos constitucionales que nos ordenan "afianzar la justicia" y efectuar las designaciones de empleo público en general, con fundamento en la "idoneidad" para el cargo público a desempeñar (art. 16, CN).
Este propósito implicará un recorrido que tendrá como destino final el análisis de los requisitos personales y técnicos que deben reunir los funcionarios de la justicia.
En este sentido, cobran relevancia el aspecto humano y formativo tanto de los aspirantes como de los que están en ejercicio de la función.
La propuesta está encaminada a ensayar el establecimiento de un método o mecanismo que, revestido de las garantías necesarias, dé sustento y validez a la conformación de los planteles de nuestro Poder Judicial.
La instauración de un "programa" de carácter especializado, su organización e inserción, composición y contenidos, son algunos de los temas planteados para el presente análisis, no sin dejar de anticipar que somos partidarios de canalizar nuestra propuesta a través del desarrollo de la Escuela Judicial en Argentina.
La selección de nuestros magistrados como consecuencia de una acabada formación, entrenamiento y capacitación permanente dentro de la Escuela Judicial creada a esos fines, posibilitará, sin dudas, acotar la brecha existente entre la concreción del inveterado principio de "afianzar la justicia" asentado en el Preámbulo de la Constitución Nacional y la cotidiana realidad por la que está atravesando nuestro servicio de justicia.
A tal fin, el esquema tentativo de análisis de contenidos mínimos propuesto precedentemente, nos permitirá acercarnos al tema de la formación, entrenamiento, capacitación, selección y designación de los magistrados, y obtener a partir de allí un panorama integrador de la problemática.
Como podrá apreciarse, son numerosos los temas a abordar, sin perjuicio de omitir involuntariamente algún otro, todo lo cual demuestra la complejidad de la temática que nos convoca.