Esta nueva obra me llena de orgullo y satisfacción por varios motivos. Uno de ellos y para mí el más importante, es que mi gran amigoy director de esta inédita colección denominada "Tipos delictivos", el Dr. Sandro Abraldes, me propuso publicar el primer númeroy me sugirió para ello un tema de la Parte Especial, el delito de robo con armas, que, lejos de estar trillado, refleja con toda crudeza los problemas interpretativos que viene arrastrando esa figura penal a lo largo de décadas pese a las numerosas reformas introducidas en su redacción con el objeto de dotar de autonomía normativa a una conducta agravada de apoderamiento ilícito en función del empleo de armas. No puedo ocultar que el encargo solicitado abrigaba en igual medida una cuota de responsabilidad profesional y un desafío frente a la interpretación de un delito complejo que dio lugar a las más variadas acepciones, muchas de ellas a contramano del sentido de justicia impuesto de manera inherente en la observancia incondicional del principio de legalidad.