Al autor como a muchos de nosotros le preocupa esencialmente el retroceso del discurso penal liberal, que pierde terreno constantemente en favor del autoritarismo en los mecanismos de la reacción social, no solo en nuestro pais, sino en todo occidente. Por cierto, especificar cuáles son las causas de este fenómeno es una tarea acuciante, y de primordial importancia, que obliga a pesquisar en muy distintas direcciones. De esa compleja multiplicidad de factores, Nager elige concentrarse en un tema especifico: cuál es la influencia que ejerció la Escuela Positiva como corriente del pensamiento criminológico en las tendencias político-criminales difundidas desde los claustros académicos y también implementadas por los sistemas penales. El autor nos promete identificar la "matriz positivista" en institutos jurídicos de derecho penal sustantivo y procesal, asi como también en teorías dogmáticas, criminológicas, penológicas y político-criminales aún en plena vigencia.
La tarea propuesta es de gran importancia, porque Nager trata de precisar las "ideas fuerza" del positivismo que aún palpitan en las leyes y en la sociedad. Son las que provienen de la criminología originaría, pasando por la sociología positivista, la biología social, las llamadas "eugenesia e higiene social", la psicología, etc. Por cierto, tienen un espacio importante en las fuentes italianas de la corriente positivista y su proyección argentina, revisándose sumariamente autores y teorías, de imprescindible evaluación para mantener el rumbo teórico que se propuso el autor.
