Los páceños viven una ciudad que sube y baja, diferente de todas las ciudades de la región, tiene en su topografía y su altitud de 3.200 a 4.000 metros sobre el nivel del mar, sus cualidades naturales mas distintivas. Por los complejos pliegues de La Paz transcurre el movimiento de las cholas imponiendo una estética urbana que se funde con la naturaleza, sus vistosas polleras son portadoras del orgullo étnico, a la vez que desafían la mirada occidental.
El carácter introspectivo de sus pobladores, mezcla de distintas etnias, evoca el silencio como una de sus cualidades culturales, pero al mismo tiempo. Este silencio se mezcla con las más delirantes ceremonias ciudadanas que marcan otro atributo de sus habitantes: son los que más protestan en el continente. En cada acción de protesta, la ciudad se paraliza y vuelve a armarse y desarmarse día a día. Luego de leer este libro fascinante, "La Paz imaginada" queda mas imaginada que nunca. La escritura no la alcanza, pero sin duda nos la hace presentir.