La alienación constituye, tanto para HEGEL como para MARX, el problema central de la sociedad moderna frente al cual cobra significado la emancipación que para el primero se concreta a través de la reconciliación subjetiva en la autoconciencia del saber absoluto y objetiva por medio de papel conciliador del Estado y para el segundo, inicialmente, a través del hombre total y la democracia plena y, posteriormente, de la revolución social.
No hay emancipación mientras no se enfrente y se supere la alienación, lo que en últimas remite al campo y la acción políticas. A lo largo de la reflexión contemporánea, filosófica primero, terapéutica después y finalmente sociológica, la problemática de la alienación ha sido una constante. Después del reduccionismo del marxismo ortodoxo que la constriñó al fetichismo de la mercancía, solo para justificar su supuesta desaparición en el socialismo real, LUKÁCS la recoge en términos de cosificación de la conciencia del proletariado y la Escuela de Frankfurt la retoma, recogiendo el influjo de BENJAMIN, en tanto reificación, particularmente, de la razón ilustrada y la cultura como razón instrumental.
De manera análoga, tanto la Escuela de Budapest como la de Birmingham y más tarde Adam SCHAFF, desde el humanismo socialista polaco, abordan desde diferentes ópticas la problemática de la alienación que, ya en este momento, va aparejada de una reflexión sistemática paralela sobre el fenómeno de la ideología.