El presente trabajo tiene tres ideas fundamentales: La primera es que concibe la pena, al igual que el delito como una realidad socialmente construida, negando por supuesto su realidad ontológica. La segunda, consiste en concebir la pena como un fenómeno complejo que requiere para su comprensión de un método de la complejidad. y la tercera es que considera como de vital importancia el análisis histórico de los sistemas punitivos. A continuación nos referiremos brevemente a estos tres pilares que guían la investigación.
La modernidad concibió la pena de un lado, como una reacción exclusivamente estatal y de otro, como una reacción altamente formalizada. Estas dos características de la pena llevaron a que el Derecho monopolizara su estudio. Sin embargo, el Estado nunca logró monopolizar el uso de la violencia y tampoco logró un grado suficiente de formalización de la pena, de tal suerte que pudiéramos afirmar que exista un grado satisfactorio de legalidad en la definición y la ejecución del castigo.