Los derechos fundamentales de libertad de expresión y de religión están entre los mayores valores conquistados por los seres humanos. Pero son las élites las que hacen uso a discreción del poder de estos derechos. En este nuevo orden mundial en el que la ilustración y los ideales democráticos han sido sustituidos por los valores de la sociedad de mercado, y las instituciones cooptadas por el Poder Ejecutivo, el Derecho se ha visto limitado en sus funciones, en la independencia y en su obligación de proteger los valores y principios constitucionales.
Para ilustrar este mundo desbocado se presentarán casos emblemáticos sobre la forma como el derecho a la libertad de expresión y de religión han sido llevados más allá de los límites por algunos estados y particulares. Degradándolos, convirtiéndolos en derechos inanes y hasta la causa de la pérdida de vidas humanas, como en el caso del semanario parisino Charlie Hebdo. Debido a las publicaciones de caricaturas de la Santísima Trinidad y del profeta Mahoma en condiciones de indignidad ofensivas a las confesiones cristiana y musulmana. Entre otros casos emblemáticos citados en el texto.
Los mismos daños causan las redes sociales, el periodismo satírico y algunos medios de comunicación, prevalidos de la nueva forma del saber: la postverdad. De la que también hacen uso algunos estados para aplicar injustamente restricciones o limitaciones a los derechos de libertad de expresión y de religión, supuestamente por violación al living together, al orden público o a la seguridad nacional, entre otros.