La carga dinámica de la prueba es una figura jurídica implementada en el derecho administrativo, laboral y civil (y se ha creído que en penal también), con el fin de resolver las problemáticas probatorias que surgían como consecuencia de algunas situaciones en las cuales quienes intentaban demandar no tenían acceso efectivo a las pruebas requeridas para acreditar los hechos en los que fundaban sus pretensiones puesto que aquellas evidencias se encontraban en poder del demandado, quien en principio no ostentaba el deber de probar los hechos esgrimidos en su contra.´
Este escenario generaba una posición de desigualdad en cuanto al deber de aportación de la prueba y, con el propósito de evitar la injusticia, el derecho probatorio fue evolucionando para responder a las necesidades que se daban dentro de los procesos en materia probatoria. Fue así como se adaptó el concepto de dinamismo probatorio para flexibilizar la carga demostrativa que recae en las partes, consistente en acreditar los hechos principales en los que soportaban sus pretensiones, ello, para atender situaciones procesales donde la confirmación fáctica ha fallado o no ha brindado los resultados esperados (Calvinho, 2020). De esta forma se atenuó la carga estática en la que le correspondía probar obligatoriamente a quien alegaba un hecho y se cambió por la premisa de que podía hacerlo quien estuviera en mejores condiciones, de conformidad con las circunstancias de cada caso.
Se presenta un documento académico, bibliográfico y jurisprudencial sobre la carga dinámica de la prueba en el proceso penal, con la salvedad de que esta tesis no es específicamente un tratado histórico, pero sí se nutre con referencias del pasado que ayudan a conformar una idea completa de cada figura que se aborda, tampoco es un docmnento netamente descriptivo porque se adoptan criterios propios en cada uno de los capítulos que en conjunto ayudan a elaborar las hipótesis que motivan las conclusiones.