Sin propósito de rozar siquiera lo apologético, tocamos el tema de la turbulenta grandeza de la democracia en el arduo terreno de las ideas y en el agudo sentido de la realidad, donde abunda la disputa apasionada y la pública polémica, que reflejan sorprendentes giros y paradojas en la efervescencia política contemporánea.
Este trabajo no constituye algo que no haya sido objeto de estudio por tratadistas y escritores, significando corrientes distintas.
Sin embargo, siempre se impone la necesidad dialéctica de presentar, por inquietudes de tipo académico, un bosquejo bien definido, distinto de quienes posiblemente piensan de manera diferente, con moldes de diverso pensamiento.
Nos proponemos trazar un perfil, no somero ni superficial, sino con un matiz de meditación profunda sobre la simplicidad de lo arduo y complejo del problema, con la firme idea de que la democracia es prolegómeno para la Introducción a la Filosofía Política que es introducción a la Filosofía de los Valores.
La democracia no es catarata de anécdotas que naufragan en la superficie de las palabras, ni es lluvia de leyendas que se repiten en el campo laberíntico de la política, con título diminutivo, que se lanza en medio del tropel de la contingencia.
Es almáciga de principios, distinciones y deducciones, con el solo propósito de proporcionar riqueza al argumento, para la adaptabilidad social y para ascender a la montaña política que se levanta en la planicie de los valores, de generación en generación y en distinto momento histórico.
No es texto de páginas definitivas, ni es movimiento técnico de desarrollo doctrinal. Es expansión de posibilidades e implicaciones que la propedéutica le proporciona y que digiere y transforma, pero siempre fiel a su propia fuente, sin olvidar la tendencia histórica y la evolución social con el recurso de la razón, para evitar los contrastes y despropósitos que eclipsan.
Es afirmación de la razón confiable que empuja al cortés debate, con insistencia de la enorme importancia de la persona humana.
La filosofía democrática no es filosofía de la democracia, se integra por dudas filosóficas, dudas sobre si puede haber filosofía democrática.