En la lucha de los poetas por simbolizar la realidad, por descifrar la trama invisible del sentido que se entreteje detrás de la forma y apariencia, el autor se ha dado deliberadamente por vencido: ha dejado de intentar aprehender aquello que es, por su misma naturaleza, inaprehensible. Por el contrario, parece asumirse a sí mismo no tanto como creador, sino como un canal que permita el libre flujo de las imágenes. Más que invocar la poesía, se le deja hablar por sí misma. incluso en los poemas en los que la primera persona rompe su discreto silencio, lo hace lamentándose de los velos del nombre y el lenguaje, que la distancian irremediablmenete de la realidad que contempla. Así luchando por loberarse del lastre del sentido, cada poema se convierte en una instantánea del momento poético.
Kim Chunsu es uno de los poetas más notables de la poesía coreana contemporánea, semejante a Octavio Paz tanto por su gran
calidad poética de estirpe vanguardista, como por su liderazgo espiritual entre los poetas coreanos actuales. Recientemente un
crítico coreano dijo que Kim es hijo natural del posmodernismo, refiriéndose a que su poética no sigue ninguna tendencia vigente.
Sin embargo, el mismo poeta tampoco está de acuerdo con el modo derridiano de leer la realidad:
" La teoría derridiana de la deconstrucción parece estar de moda entre nosotros. Sin embargo, no es más que eso: una moda. Hace tiempo me llamó la atención dicha teoría, pero con los años voy perdiendo el interés, porque creo que aun si Derrida tiene parte de razón, ignora que el hombre necesita del sistema, de una y otra forma. Personalmente creo que el hombre ama más la superación de las deconstrucciones".
Se advierte que Kim Chunsu quería estar siempre a la van guardia renovadora de la poesía coreana. El poeta participó en la
tendencia simbolista en sus primeros tiempos, para rebelarse en seguida contra su poética anterior, acusándola de inercia imagnativa, préstamo de las tradiciones literarias anteriores.