Quiero rendir un sincero homenaje de admiración a la Memoria del señor D. Luis Astrana Marm, (1889-1959) por haberse impuesto la tarea de dar a conocer en castellano la obra completa de William Shakespeare, lo que supone un esfuerzo monumental de perseverancia y dedicación.
Antonio Machado, el más grande poeta de la generación del 98 en sus donosas y agudas sentencias de su imaginario profesor Juan de Mairena escribe:
"Traducir a Shakespeare ha de ser una empresa muy ardua, por la enorme abundancia de su léxico, la libertad de su sintaxis, llena de expresiones oblicuas, cuando no elípticas, en que se sobrentiende más que se dice. Ha de ser muy difícil verter a otra lengua que aquella en que produjo una obra tan viva y tan incorrecta como la shakesperiana. Los franceses la empobrecen al traducirla, la planifican, la planchan, literalmente. Se diría que pretenden explicarla al traducirla. Lo que el pobre Shakespeare ha querido decir. Y es que lo shakesperiano no tiene equivalencia en su genio poético francés. Acaso nosotros pudiéramos comprenderlo mejor. De todos modos, no es fácil rendir poéticamente en nuestra lengua ese fondo escéptico, agnóstico, nihilista del poeta, unido a tan enorme simpatía por lo humano. Para traducir a ese inglés de primera magnitud ¿es Shakespeare inglés o es Inglaterra shakesperiana? tendríamos además que saber más inglés que suelen saber los ingleses y más español que sabemos los españoles del día".