Hace poco tiempo, al tomar posesión del cargo de Director General del Instituto Nacional de Ciencias Penales, ante el C. Procurador General de la República, Licenciado Fernando Antonio Lozano Gracia, Señalé que habría "mucho por hacer" y se emprendió la tarea con la decisión inquebrantable de realizar cumplidamente los propósitos para los cuales fue establecida esta noble Institución.
Una institución de investigación y enseñanza superior como ésta, cuyo propósito esencial consiste en la producción y difusión del conocimiento, no puede estar aislada, ni alejadase del mundo universitario y profesional al cual se debe. De ahi que el Instituto tiene que añadir a sus logros la difusión de sus resultados, producto de la investigación profunda y del eficiente trabajo de organización. A las tareas de investigación, ensenza y formación, debe añadirse otra igualmente importante: la de difusión de su producción. De ahí que resulte indispensable para una institución de investigación y docencia superior, dar a conocer el fruto de su labor. Por ello me complace presentar el libro: La ciencia penal y la politíca criminal en el umbral del siglo XXI.