Capacidad, esfuerzo y experiencia son tres requisitos para realizar cualquier obra. Pero para una obra jurídica y en especial una que aborde el problema procesal civil y comercial de modo integral enfocando los planteos desde el punto de vista teórico, volcándolos a un lenguaje llano y sencillo y mostrando cómo esas concepciones tienen vigencia en modelos prácticos, se requiere además una formación especial. Éstas son las condiciones que nos muestra el profesor Leguisamón en la nueva edición de sus Lecciones, título que resultaba limitado y ahora ha trocado por Derecho Procesal Civil.
En otra oportunidad manifestamos que el Derecho Procesal pasaba por un momento especial, con la aparición de una generación de nuevos y destacados cultores de la materia. El autor ocupa un lugar de primer nivel en este contexto. Y lo hace por méritos propios. Una extensa producción jurídica avala este aserto.
En la edición anterior de las Lecciones se podía observar un prolijo desarrollo del Derecho Procesal Civil, siguiendo el Código Nacional, pero no se detenía allí. El estudio de los principios como paso introductivo ya presentaba una visión clara de cómo se iba a plantear la obra. La exposición mostraba una clara investigación jurisprudencial a la vez que aparecían en muchos pasajes los conceptos de maestros como Chiovenda, Devis Echandía, Palacio y otros, revelando una lectura y formación seria en el autor. La inclusión de las conclusiones de los congresos y el tratamiento de las nuevas instituciones que se iban desarrollando, como la medida cautelar innovativa, integraban también ese marco, lo mismo que la prueba científica y la cosa juzgada írrita (o acción autónoma de nulidad).