En este libro ronda un cierto escepticismo sobre metas demasiado ambiciosas de eficacia en la lucha contra el narcotráfico, al menos en el futuro cercano. De allí que en un tramo opino que una política criminal será exitosa cuando logre contener el fenómeno y disminuir las consecuencias negativas colaterales, salvo que se trate de países donde se ha desmadrado, allí únicamente podrá hablarse de eficacia si hay reducción. Mientras exista gente que quiera drogas e interesados en ganar dinero proveyéndolas seguirá siendo un problema con fuerte presencia del factor económico. Ninguno de esos extremos parece ir en franca disminución, más bien sucede lo contrario en una escala mundial de oferta y demanda de proporciones nunca antes alcanzadas, según lo admite la propia ONU. Tal vez sea como afirma Sebreli, que "los Estados no pueden luchar contra los mercados globales, el mercado gana siempre".