Un problema distinto es la vero similitud o credibilidad que puede tener la declaración de un testigo, que, a diferencia del acusado, tiene obligación de decir verdad, cuando algún miembro del tribunal cree que miente, mientras que los otros miembros del tribunal o de un jurado, creen su versión de los hechos, o, a la inversa.
El problema se complica aún más cuando el testigo es,al mismo tiempo,la víctima que incrimina al acusado por un delito de violación o agresión sexual, sin más pruebas, como suele suceder en estos casos, que su propia declaración contraria completamente a la versión del mismo hecho que da el acusado.
No cabe duda de que en esta materia, la tendencia jurisprudencial ha cambiado radicalmente en los últimos años gracias a los esfuerzos de los movimientos fe-ministasqueconsloganscomo "solo el si essi", o "el no es no", han puesto de manifiesto que solo el consentimiento expreso o manifestado por actos inequívocos puede excluir del Derecho penal cualquier acto de significación sexual en el cuerpo de otra persona. El problema sigue siendo.