Éste es un trabajo científico. No pretende entrar en la lucha política, que se rige exclusivamente bajo el lema de conseguir o mantener el poder, y por ello esta obra no procura contentar a nadie, sino reavivar el debate científico al hilo de la situación existente en estos momentos. En una época de incremento del nivel de punición y de intensa transformación político-criminal, parece adecuado reflexionar en profundidad sobre la pena, su justificación y su legitimidad. En qué medida se puede recuperar una cierta influencia en la praxis resulta una incógnita con respecto a la cual me muestro más bien escéptico, teniendo en cuenta las características de la sociedad en la que vivimos. En realidad, dicha influencia siempre ha sido una incógnita que nadie ha podido despejar. Frente a la imposibilidad de despejar dicha incógnita lo único que se puede hacer, desde la perspectiva científica, es no renunciar a la racionalidad y oponer a lo que se nos viene encima un modelo que, de forma sistemática y coherente, ponga en evidencia las carencias y errores de muchas de las decisiones adoptadas. Quizás algún día cambiemos de rumbo, aunque no parezca que ello vaya a suceder en un horizonte temporal cercano. Éste es un trabajo que no pretende ser una obra meramente expositiva, sino reflexionar en profundidad desde una perspectiva teórica sobre la pena y las funciones posibles del Derecho Penal. Creo que sólo desde esa perspectiva e intentando superar tópicos y prejuicios es posible descubrir y denunciar las patologías del Derecho Penal que nos ha tocado vivir.