La postura que trasunta esta obra es que la ética, la ética jurídica en especial, no debe ser una ética de dogmas o ingenuidades o reductible a la simple formulación de códigos o decálogos. La labor filosófica debe traducirse en un trabajo de análisis conceptual y normativo crítico, que ponga de manifiesto cuáles son los problemas o los obstáculos que existen en el camino de la moralidad. Precisamente, los problemas que acabo de mencionar en el párrafo anterior son una muestra sintética del tipo de cuestiones que veremos en este libro.
Dirijo este trabajo especialmente a la atención de los juristas preocupados por las implicancias morales de su quehacer profesional. Lo entrego con la expectativa de que, mediante la introducción filosófica que propongo, sea posible apreciar el brillo de las virtudes, un brillo sí, pero que no ciega, porque es un brillo que debe ser contrastado con la sombra de aquellos problemas que no pueden dejar de ser atendidos filosóficamente.